miércoles, 10 de noviembre de 2010

En menos de un segundo

Nuevamente el frio llegó sin avisar, el firme húmedo de la carretera me parece más solitario que nunca, quizas porque mis ojos acostumbrados a cada curva, cada bache, cada señal, se fija en una luna blanca que corta la oscuridad de la noche. Hace unos días veia el atardecer y ahora el camino lo hago completamente de noche. En la radio musica, en mis oidos recuerdos de tu voz. Mis manos juegan con las largas, cortas, largas... una sombra negra sale del quitamiedos sin avisar, no tengo tiempo siquiera de decidir si he de frenar o sujetar el volante pero puedo ver la definicion de su pelaje negro como el azabache, su cuerpo estirado tratando de dar una zancada que le saque de la trayectoria de mi neumático. Apenas suena el golpe pero noto como paso por encima de él. Lo cogí de pleno, ni siquiera dudo, se que he sesgado su vida. Mal sitio para detenerme a hacer comprobaciones y más adelante hay un pequeño poligono industrial. Veo las farolas, y me detengo. Falta un trozo del paragolpes y la mezcla de sangre, tegidos y pelos regean en mi puerta. Yo tube suerte, solo daños materiales, el pobre animal no. El no lo habría hecho contigo cuando lo dejaste abandonado y probablemte tu conciencia esté mas tranquila que la mia que aun piensa si pude esquivarlo. Yo no lo maté, lo mataste tú cuando lo dejaste abandonado en mitad de una carretera solitaria.