jueves, 10 de noviembre de 2011

En la Cama


Sus dedos arrugados por el sol y el trabajo en la mar, recuerdan el tacto de la madera de su barca, el dolor de la red cuando los hilos se clavan en sus manos, pero aun recuerdan el tacto de su piel cuando sus manos acariciaban su espalda, tumbada junto a él en la cama.

Sus labios agrietados por la sal, el frío de las duras madrugadas de invierno, el agua casi helada de las olas de poniente al golpear en su frágil embarcación y el paso de los largos tragos de vino cuando no podía echarse a la mar, pero aun recuerda el sabor de sus dulces labios, cuando regresaba a su lado y encontraba la paz, tumbada junto a ella en la cama.
 
Sus brazos que en otro tiempo fueran de acero, trabajados por el bogar de sus remos, hoy son un simple recuerdo recubiertos de piel, un tatuaje marchitado con el paso de los años, difuminado como un cuadro en carbonilla manoseado, pero aun recuerda como la abrazaba por la cintura, en sus juegos y en el amor, cuando yacían tumbados juntos en la cama.

Su vida pasó entre la mar, la pesca y las noches solitarias, ahora una vez pasado sus mejores años, viendo la espuma de las olas bañando la orilla, desde su cama, ve, oye, siente, lleva la mar en sus venas, le entrego su sangre, su sudor y su vida. Pero no está triste, es feliz, porque cada día, allí, recostado en el lecho, recuerda con felicidad, el día en que la tuvo junto a él, en la cama.

4 comentarios:

Simplemente alguien dijo...

Qué bonito duende!
Siempre es bonito cuando alguien te deja tan bellos recuerdos, es mucho mejor cuando no son recuerdos sino un presente.
Un saludito.

satélite despistado dijo...

Por muy caótica que sea la órbita nunca se olvida el calor de una caricia, ni el sabor de un beso, la cercanía de ese amor es como el mar, atrayente, adictivo y sólo el que conoce el amor y le dio su vida se siente pleno y feliz, completo, al igual que el viejo marino mira el mar recordando cuánto se dieron el uno al otro, un marino no puede vivir lejos del mar sin sentir dolor pero siempre se sentirá feliz de todo cuanto compartieron.
Un saludo amigo duende de parte de este satélite que siempre regresa por tu bosque.

Anónimo dijo...

q bonito es sentir, Un saludiño de una Gallega ...

burbu dijo...

hola duende;)
Y es que no hay droga más dura
que el amor sin medida.
Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel.
Y es que no hay nada mejor
que tener tu sabor corriendo por mis venas.
Nada mejor que el roce de tu piel.

eso es lo q me a echo sentir tu entrada...ésta cancion de Carlos goñi ,Revolver..

q bien escribes amigo mio;))